La insulina es el factor clave del envejecimiento. Mientras más bajos sean sus niveles, más larga y saludable será su vida.
Controlar los niveles de insulina es la forma más efectiva de reducir el riesgo de enfermedades crónicas, no solo de la obesidad, sino también diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular y cáncer. La resistencia a la insulina es el primer síntoma de que el proceso ya está alterado y se produce por una alteración en los tejidos que ya no responden a esta hormona. Como resultado, cada día se va aumentando la glucosa sanguínea, que cuando sobra (por sedentarismo), se deposita como grasa.
Para mantener la insulina activa y evitar el envejecimiento, además de comer balanceado y hacer actividad física, se necesita entre:
1. Disminuir el consumo de hidratos de carbono, especialmente los que provienen de fructosa comercial y azúcar.
De acuerdo a las investigaciones del Dr. Richard Johnson (The Fat Switch), jefe de la División de Enfermedades Renales e Hipertensión de la Universidad de Colorado, nuestras células tienen un “interruptor” que específico localizado en el centro de la producción de la energía de la celula, la mitocondria, que puede encenderse o apagarse para quemar el combustible extra. La fructosa, uno de los hidratos de carbono presentes en el azúcar, el jarabe de maíz de alta fructosa, el agave, el sirope, los jugos de fruta y la miel, es el factor clave que permite encender o apagar la combustión de energía de nuestro cuerpo.
De acuerdo a las investigaciones del Dr. Johnson, éste sería un mecanismo adaptativo que tienen todos los animales para la reserva de energía, como pasa en los animales que hibernan especialmente. El ser humano fue evolucionando a la disponibilidad de éste azúcar, crenado mecanismos de supervivencia. En épocas de abundancia de fructosa, el organismo se prepara para almacenar grasa. En época de escasez, el interruptor se enciende y comienza a quemar energía de la grasa depositada.
Si bien es cierto que la fruta también contiene fructosa, al consumir el alimento en forma cruda y sin procesar, el interruptor no se activa, probablemente porque en la fruta natural existen otros componentes, como los antioxidantes, que mantienen controlado éste efecto. Sin embargo, como cada día la fruta natural contiene más azúcar y menos antioxidantes, debido a los métodos de cosecha y mantenimiento, recomendamos limitar su consumo a 2 porciones al día, de preferencia en la mañana y siempre entera, no como jugo y ojalá frescas (no deshidratadas)
2. Presencia de antioxidantes provenientes de la alimentación.
Los antioxidantes son moléculas que se encuentran naturalmente en muchos alimentos y que tienen la función de atrapar los radicales libres, es decir, los productos que se produce por la oxidación natural del organismo. Su función, es reducir el daño que se produce en los órganos y tejidos por el funcionamiento constante. Los antioxidantes previenen el envejecimiento celular, que es el que va deteriorando el funcionamiento o como también se le llama, el Metabolismo. La falta de antioxidantes, es una de las razones por la cual las personas tienen el metabolismo lento.
Existen muchos antioxidantes, pero prácticamente todos provienen de la alimentación. Los alimentos que más antioxidantes tienen son los vegetales, tales como el cacao, el café, te verde, algunas legumbres como los porotos negros, las especies como la cúrcuma y el ají, verduras de colores de la tonalidad rojiza-azulada como los pimentones, zapallo, calabaza, repollo morado, etc.; las semillas y por, último, las frutas como los berries.
Debido a su potencial anti envejecimiento, la industria ha buscado desde hace mucho tiempo la fuente de la eterna juventud, es decir, el alimento con mayor poder antioxidante. Y hasta la fecha, el más potente es el que se produce en forma exclusiva en el sur de Chile, nuestro querido país.
Estudios muestran que la adición de antioxidantes a la alimentación diaria mejoran el funcionamiento de la insulina, por lo que ayudan a controlar la resistencia a la insulina como a bajar de peso.
Ya sabe!!! Lo importante es que su alimentación contenga la mayor cantidad de antioxidantes posibles, por lo tanto, sus comidas deben ser coloridas y de preferencia comerlas en su estado natural
3. Regular la cantidad y calidad de las horas de sueño.
Lo mínimo son 6 horas de sueño. Durante las horas de sueño, el cuerpo produce melatonina y hormona del crecimiento, hormonas necesarias para reparar el organismo y reorganizar la memoria. Durante estas horas, disminuyen los procesos digestivos y se almacena energía. Este proceso afecta a todos los tejidos, que son coordinados por el reloj biológico.
De acuerdo a numerosos estudios realizados tanto en ratones como en personas, el efecto de privación de las horas de sueño produce un aumento de la resistencia a la insulina. En un estudio publicado del año 2012, se mostró que bastaban solo 4 días de privación de sueño (los participantes solo durmieron 4,5 horas) para que se produjera una disminución de la sensibilidad a la insulina del 16% y de un 30% en los tejidos grasos. Según el investigador a cargo, esto representaba a envejecer 10 años.
Cuando no se duermen las horas suficientes, se produce un aumento de la hormona del apetito (grelina) y disminuye la hormona de la saciedad (leptina). Esta es la explicación de porqué se nos produce un “bajón de hambre” cuando salimos a carretear. Y obviamente, no dan ganas de comer sano, sino todo lo contrario, aumenta la necesidad de consumir alimentos con mucho hidrato de carbono y grasa, como las papas fritas, las bebidas dulces y un gran sándwich.
Así que ya sabe, si quiere controlar su voluntad, no basta solo con mentalizarse distinto. No es solo por falta de voluntad que usted puede subir de peso y generar resistencia a la insulina, sino porque su voluntad se quiebra si duerme poco.
Para mejorar su calidad de sueño, recomendamos no acostarse con el estomago lleno, eliminar lo mas que pueda las fuentes de luz (celulares, TV, equipos eléctricos, etc) y evitar el alcohol y la cafeína.