¿Cómo es vivir con 15 jaquecas mensuales?

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Cuando Andrea llegó a Nutrición Inteligente su vida era complicada… Sufría de Jaquecas asociadas a neuralgias, tratadas durante 3 años sin ningún resultado y un diagnóstico médico poco alentador: síntomas sin solución, es decir, debía aprender a vivir con 15 jaquecas mensuales.
Actualmente, esta paciente ya dada de alta, sufre de mínimos dolores de cabeza, superó su colon irritable y por añadidura bajó 10 kilos en pocos meses.

Como un buen augurio de que su calidad de vida tendría un cambio radical en el 2011, Andrea Muñoz recibió su primera consulta en Nutrición Inteligente el 31 de diciembre de 2010. Durante los 3 años anteriores, tenía 15 jaquecas mensuales. Durante estos episodios el dolor era devastador pues le daban con neuralgia al lado derecho de su cara; sus ojos se irritaban y lagrimeaban. Su segundo problema era que sufría de colón irritable.


“Llegué a Nutrición Inteligente a través de la recomendación de una compañera de trabajo cuya tía se había realizado un tratamiento en este Centro con excelentes resultados”, cuenta Andrea, quien durante 3 años estuvo tratándose con profesionales médicos y diversos procedimientos de la medicina. “Incluso me hice un scanner y resonancias magnéticas bajo crisis de jaquecas y los médicos me decían que éstos no arrojaban nada. Los medicamentos eran cambiados frecuentemente por otros cada vez más fuertes; gasté mucho dinero y perdí tiempo tratando de mejorarme. Finalmente, un médico me dijo que mi caso no tenía solución por lo cual debía acostumbrarme a ser jaquecosa toda la vida. Ahí me quise morir”, agrega esta paciente que fue dada de alta en agosto pasado, luego de 8 meses de tratamiento en Nutrición Inteligente.

Tu vida con jaqueca casi permanente debe haber sido difícil…
Era terrible, fueron los peores años de mi vida. Hay que imaginarse lo que es acostarse con una fuerte jaqueca y amanecer igual, además de las diarreas, nauseas y dolores neurálgicos asociados. Me descomponía completamente y, aunque tomaba medicamentos, muchos de estos episodios duraban dos días. Iba a trabajar, pero llegaba a mi casa muy agotada. En algunas ocasiones mi hermano me hacía reiki, lo cual me aliviaba bastante, pero no podía pedirle que fuera a mi casa día por medio.

¿Cómo fue tu tratamiento en Nutrición Inteligente?
Bueno, en la primera consulta la nutricionista me dio una dieta básica según mi genotipo. Lo que más me sorprendió fue que había sido vegetariana durante 15 años y lo era entonces. No obstante, de acuerdo a mi genotipo –Explorador- mi nueva dieta debía integrar carnes. Sin embargo, estaba tan mal que no puse ninguna resistencia y decidí ser muy constante en el tratamiento.
Cuando volví a los 15 días a control, mis jaquecas habían disminuido muchísimo y eran sólo dolores de cabeza, sin neuralgia, nauseas ni diarreas, controlables con analgésico. Nada de colon irritable, por supuesto.

Realizaste además el examen ALCAT ¿qué resultados entregó?
Sí, realicé el examen ALCAT que evalúa intolerancias alimentarias en 150 alimentos y la verdad es que tuve que hacer cambios adicionales en mi dieta, especialmente en mi caso que tenía alimentación vegetariana. Por ejemplo ahora no como lechugas, pepinos y otras verduras. Eso sí puedo comer ciertas verduras que me gustan como el brócoli, espárragos y palmitos. Dejar las ensaladas me ha costado, pero sin duda que ha valido la pena porque he experimentado cambios muy favorables en todo sentido.

¿En tu estado de ánimo, por ejemplo?
Claro, la verdad es que estar con jaqueca, tan frecuentemente, teniendo que trabajar era atroz y me tenía muy mal, además que mi trabajo era estresante de por sí porque estaba en el área de servicio al cliente en una empresa donde había alta rotación de jefaturas. En ese tiempo busqué trabajo pero no encontraba nada porque seguramente andaba muy mal yo como persona, sin embargo empecé mi tratamiento, con ello mejoró mi calidad de vida y me cambié de trabajo, como asistente administrativa, en una empresa donde ¡estoy feliz!.

Y la parte más difícil del tratamiento ¿cuál ha sido?
Bueno, dejar varios alimentos cuesta. Al principio, cuando iba a fiestas o reuniones, sufría ver pasar las bandejas con empanaditas o torta y yo no poder comerlas. También, como dije, el tema de consumir sólo algunas ensaladas me costó mucho, incluso hasta el día de hoy prefiero ni mirar esos platos vegetarianos que en otra época comía. Sin embargo, con el tiempo me he acostumbrado y esta dieta ya forma parte de mí, sin limitar mi vida normal y social. Por ejemplo, cuando me invitan a almorzar o tomar té llevo mis alimentos y mis amigas ya se han acostumbrado. Cuando voy a un pub o restaurante pido algo de la carta que pueda comer según mi dieta. Por lo tanto salgo y comparto igual con mis amigos, familia, sin que los alimentos sean una limitación.
Quizás también me costó un poco tener que buscar ciertos productos que no los venden en cualquier supermercado, no obstante, gracias al cariño y paciencia de la nutricionista que me atiende eso está plenamente superado.

Y tu energía ¿cómo anda?

Súper bien porque uno se siente saludable y eso cambia la vida. Además el tratamiento considera algunos suplementos alimenticios que son muy favorables, por ejemplo la chía que incorporé a mi dieta y también el Kelp, un alga con muchas propiedades.

¿Cuál es tu balance en cuanto a tu salud y calidad de vida después de este año?
Es tremendamente positivo. De hecho he recomendado a muchas personas el tratamiento en Nutrición Inteligente y todas han tenido buenísimos resultados. Por mi parte, seguiré fiel con esta dieta porque sé que hay alimentos que comía frecuentemente y que mi organismo los rechazaba. Estoy dada de alta con controles esporádicos y me siento realmente feliz, de verdad.