“Desde el primer día de tratamiento mi calidad de vida mejoró”
En su lugar de trabajo, en una sala de clases nos recibió Fernanda Marín, profesora de inglés. Desde febrero que está en tratamiento en Nutrición Inteligente debido a severos dolores estomacales acompañados de colitis crónica. Desde el primer día ha tenido un cambio de vida notable y junto con eso, cuenta que sus porcentajes de grasa han disminuido, ha aumentado su masa muscular y que su gran terapia es ir a una parrillada. ¡Revisa su entrevista!
¿Cómo llegaste a Nutrición Inteligente?
Una persona nos dio el dato a mí y a mi pololo. La verdad que partimos para allá porque él sufría de rinitis alérgica gravísima, por lo que tenía que tomar corticoides y todo eso. Cuando comencé a ver sus resultados me dieron ganas de intentarlo conmigo también.
¿Por qué contigo? ¿También sufrías alergias? Desde hace mucho tiempo que yo tenía la inquietud, porque había consultado con muchos doctores “convencionales” y no tenía buenos resultados, por eso estaba buscando solución con lo que yo llamaba “métodos no tradicionales”. Incluso recurrí a hipnosis, medicina alternativa, antroposófica.
¿Y qué era lo que te tenía inquieta? Hasta hace algunos meses yo sufría dolores estomacales severos, bajas repentinas de peso, colitis crónica y malestares relacionados: caída del pelo, sequedad en la piel, etc. Pero lo que más me complicaba era los dolores; eran tan fuertes que me llegaba a desmayar, y eso pasaba una o dos veces al día.
¿Cuánto tiempo pasó desde que comenzó el problema hasta que llegaste a Nutrición Inteligente? Desde que empezó el problema pasaron cerca de diez años. Pero los últimos dos fueron críticos. En ese tiempo pasé por 15 doctores y no encontraban el motivo de los dolores y las colitis.
¿Qué decían los doctores? Que no había problemas del estómago en sí, que probablemente tenía que ver con colon irritable o estrés, que podía ser psicológico. De hecho me mandaron al psiquiatra, estuve mucho tiempo con tratamiento, yo me sentía bien psicológicamente, no estaba pasando por ningún mal momento, pero los síntomas seguían iguales.
¿Cómo te afectaba todo esto en tu vida? Estuve sin trabajar durante el período más crítico, porque muchas veces necesitaba tener un baño cerca, no me estaba alimentando bien, estaba durmiendo 3 o 4 horas al día y pasaba la jornada a duras penas.
¿Cómo se vive con estos dolores? Tomando muchos medicamentos. Una botellita de Viadil me duraba tres días. Había momentos en que no sabía si estaba con dolor o no. Se me notaba en el rostro, la gente se daba cuenta de que estaba pasando por algo, pero uno se pone a sufrir en silencio y dejas de salir, te aíslas, no compartes con amigos… porque la gente no quiere estar con una persona enferma. Es así.
¿Y ya en Nutrición Inteligente, como fue la recuperación? Al primer día sentí cambios. Lo primero que me hicieron fue el examen ALCAT, que mide la sensibilidad o intolerancias a ciertos alimentos. También me hicieron un examen para saber mi grupo de sangre, otro de saliva y una completa encuesta de mis hábitos alimenticios. Con estos últimos exámenes determinaron mi genotipo, que es Recolector. Así me entregaron una pauta de alimentación en función de los alimentos beneficios o dañinos según mi genotipo además de los que debería eliminar por un tiempo por la intolerancia alimentaria que yo estaba padeciendo. Con eso me cambiaron la dieta y me dieron suplementos especiales para resolver mi problema de bajo peso.
¿Entonces se trataba de una intolerancia alimenticia? Efectivamente. Comencé con el proceso de desintoxicación y sin duda mi calidad de vida mejoró. Pude volver a trabajar, que es lo principal. Además yo soy súper deportista, fui seleccionada de Tenis de Mesa, pude volver a entrenar, volví a compartir en sociedad y saqué de mi vida todas las limitantes que tenía y que iban mermando mi estado anímico.
¿Qué alimentos no puedes consumir? ¡Todo lo que estaba en mi dieta y que yo consideraba que era correcto! Muchas veces cuando estaba con crisis comía lo que me daban en las clínicas: sopita de pollo, con fideos, con papas, aliñadas con orégano… nada de eso podía comer, además de pavo, trigo, maíz, cerdo, palta, tomate, lechuga, entre otros. A todos estos alimentos resulté con Intolerancia en el examen ALCAT.
¿Cómo ha sido el cambió? Genial, impecable. Los dolores han bajado mucho, la piel la tengo mucho más humectada, el poder volver a trabajar, y a entrenar ha sido un real cambio de vida. Y no es difícil adaptarse cuando notas inmediatamente los cambios. Puedo comer en grandes cantidades y he aprendido a llevarlo.
¿Cómo se adapta la familia? Bien, yo me cocino aparte, me encanta cocinar, porque además estoy en proceso de descubrir nuevas recetas e ingredientes. Además la mayoría de las personas envidiaría mi dieta, porque como estoy en plan de subir de peso, y es en base a proteínas, como mucha carne, huevo, verduras, nueces, almendras… nunca he tenido hambre.