La obesidad empieza en el vientre
Las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia que comen más alimentos ricos en grasas y azúcares podrían estar «predisponiendo» a sus hijos a volverse obesos, según expertos británicos.
El estudio, publicado en la revista especializada British Journal of Nutrition, sugiere que la alimentación de la madre influye en el desarrollo de los futuros gustos del niño.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de veterinarios del Royal Veterinary College de Londres observó el comportamiento alimenticio de 42 roedores encinta y lactantes y el de su descendencia de 216 especímenes.
Algunas fueron alimentadas con una dieta equilibrada y otras con «comida chatarra».
«Camino hacia la obesidad»
Según las conclusiones del estudio, si la mujer encinta o lactante come muchas grasas y azúcares los niños tendrán con el tiempo mayores dificultades para «resistirse» a seguir dietas poco saludables.
«Esto podría poner a la descendencia en el camino hacia la obesidad y hacer todavía más difícil la tarea de enseñarles hábitos alimenticios saludables a los niños», dijo la doctora Stephanie Bayol, quien participó en la investigación.
La experta sostiene que estos resultados podrían explicar «por qué algunos individuos encuentran más dificultades que otros a la hora de tratar de controlar la ingestión de comida basura, incluso cuando tienen acceso a alimentos más saludables».
El ambiente, clave
Sin embargo, la doctora Cecilia Albala, profesora del Instituto de Nutrición de la Universidad de Chile, duda que las conclusiones del estudio puedan ser automáticamente aplicadas a los humanos, ya que en el caso del hombre entra en juego un factor que ella considera fundamental: el ambiente.
«Hasta ahora se han demostrado muchas influencias nutricionales durante el embarazo, que hacen posible una conclusión semejante», le dijo a BBC Ciencia.
No obstante, puntualizó, «es muy difícil probar una cosa así en humanos porque es muy complicado llegar a una experiencia en la que se puedan separar completamente las influencias hereditarias y las ambientales».
La experta dijo que habría que seguir investigando las conclusiones de este estudio, pero destacó que, independientemente, «hay que prevenir la obesidad en la madre» y por tanto reducir la ingestión de alimentos grasos y azúcares durante el embarazo y la lactancia.
El desarrollo del gusto
Según la opinión de la experta chilena, los hábitos alimenticios «en más de 90% se forman por aprendizaje».
Como ejemplo, Cecilia Albala mencionó que los niños que se acostumbran desde que nacen a no agregarle azúcar a la leche mantienen ese hábito durante toda la vida.
«Esto se debe a un aprendizaje que tiene que ver con el ambiente al que está expuesto el niño, es decir, con los hábitos familiares», le dijo a BBC Ciencia.
«Lo que los padres deben hacer es acostumbrar a sus hijos a comer fruta y verduras, acostumbrarlos a no comer chatarra», recomendó.