Les dejamos el testimonio de Daniela Chacana, quien estuvo en nuestro Programa Runners, y corrió en la Maratón de Santiago este año.
El pasado 6 de Abril, por fin fue la gran carrera, deportivamente me había preparado y durante la semana, había tenido cuidados especiales, sobre todo en mi alimentación, que fue minuciosamente orientada por mi nutricionista. Tenía todo claro, sabía que me había preparado, también tenía presente que en todos los aspectos, me encontraba en mejores condiciones que años anteriores, el entrenamiento, la disminución en mi porcentaje de grasa, mi nivel de recuperación, todo en general indicaba que tenía las posibilidades de hacer una buena carrera.
Tenía expectativas claras y metas que cumplir, me propuse un margen de tiempo, determinando como tiempo ideal una hora con cincuenta minutos, una meta exigente tomando en cuenta que el año pasado consideraba que había hecho una buena carrera con un tiempo chip de una hora cincuenta y seis minutos.
Igual estaba nerviosa, ansiosa más que nada, quizás las expectativas eran muy grandes, y lo que menos quería era defraudarme a mí misma, si más que nada se trataba de un logro personal, por el que había trabajado mucho tiempo, y había cambiado además muchos hábitos.
Tenía presente que los resultados importaban y me importaban a mí más que a nadie.
El domingo en la mañana, al comenzar el encajonamiento seguía nerviosa, ansiosa partí la carrera con calma, pero agarré rápido buen ritmo, conocía el recorrido y sabía los momentos de mayor exigencia, también conocía mi cuerpo, mi ritmo, que ya se había acostumbrado a una mayor exigencia, estaba mejor entrenado y podía mantener una velocidad constante.
Previa y durante la carrera, seguí al pie de la letra los consejos de mi nutricionista, era fácil darse cuenta que mi cuerpo rendía mejor, en otras oportunidades, había sentido fatiga dolor muscular, ahora nada, de hecho, el último kilómetro lo termine con un pique increíble, de que de verdad me siento súper orgullosa, mejor que cualquier entrenamiento y cuando se supone que mi cuerpo estaba con el último esfuerzo.
Cuando partí tenía claro el tiempo de desfase de la carrera, uno se fija en eso para calcular el tiempo real en que termina antes de tener los resultados del tiempo chip. Pero al ver el tiempo del portal, y darme cuenta que lo había logrado, había cumplido todas mis expectativas, la emoción es inexplicable, yo creo que eso hizo que terminará ese pique, que debo reconocer igual me cansó. Había logrado mi meta máxima, lo que sabía que estaba dentro de mis expectativas y a la vez era un buenísimo resultado, una hora cincuenta, seis minutos menos que el año pasado, lo que en verdad es muchísimo, creo que mi meta máxima a principio de año, era mantener mi tiempo.
Una hora cincuenta, era lo que me había propuesto, cuando vi el tiempo de la meta en creo que casi lloro, en verdad que le di con todo, estaba emocionadísima y hoy más convencida que de seguir entrenando y mejorando, de ir por más, se vienen más medias maratón. Tengo como meta bajar el tiempo y, para el siguiente año ir por 42 k en Santiago. En esto del running, también sucede que uno no cumple sus expectativas y es súper frustrante, o cuando hay un estancamiento en los tiempos parece que no hay manera de mejorar. A mí el plan de alimentación me sirvió un montón, las metas que me planteo hoy, hace tres meses eran ilusivas, pero fue posible mejorar. Tampoco se trata de que uno cambie su alimentación y por arte de magia mejoré sus tiempos, pero te ayuda en el entrenamiento, en la recuperación y de verdad a romper tus propios límites.
Aquí sus tiempos 2013-2014
Ve el testimonio de Daniela, sobre nuestro Programa Runners aquí