Extracto noticia “Revista Mujeres de DIARIO PUBLIMETRO”
La mayoría de padres probablemente no se plantea que sus hijos puedan tener el colesterol alto. Pero en el país, alrededor del 10% de los niños sí sufre esta condición, que se eleva a 25% entre los menores obesos.
Alimentarse al paso es para muchos una buena solución en vacaciones. No obstante, si no se toman los resguardos de acceder a comida saludable, se pone en riesgo la salud de toda la familia, incluidos los niños. Y es que el colesterol alto es uno de los principales factores que predisponen a desarrollar enfermedades cardíacas en el futuro y se trata de una condición que no da síntomas inmediatos, lo que la hace muy silenciosa y a la vez peligrosa.
“Está demostrado que desde períodos precoces de la infancia se producen depósitos de colesterol en las paredes de las distintas arterias del cuerpo”, señala el doctor Ricardo Eltit Vegas, Cardiólogo Infantil de Clínica Ciudad del Mar, quien indica que es fundamental conocer los niveles de colesterol en la sangre de un niño, sobre todo si tiene antecedentes familiares de hipercolesterolemia (colesterol alto) o algún pariente con enfermedad cardíaca prematura (por ejemplo, un infarto siendo menor de 50 años), en niños obesos, hipertensos o con diabetes mellitus.
El profesional afirma que la niñez es una etapa crucial, en la que una buena alimentación y ejercicios son claves para disminuir la velocidad de instalación de la enfermedad vascular por depósito de grasa.
De ahí que mantener una correcta alimentación y ejercicio es vital. Si el peso del niño es normal, hay que disminuir la cantidad de grasa en un 30% de las calorías totales que ingiere, bajar el colesterol de la dieta y aumentar la ingesta de fibra. Además, es necesario disminuir las grasas saturadas (queso, mantequilla, crema, etc.), las grasas trans (frituras y pastelería) y aumentar el consumo de pescados, aceite de oliva, semillas (maní, nueces) y carnes magras.
Para ver la noticia completa haz click aquí