Sin duda, uno de los objetivos más buscados en el siglo XXI, es retardar el proceso de envejecimiento, vernos más jóvenes y estar con más energía. Pero día a día, nuestro organismo enfrenta diferentes procesos fisiológicos con efectos dañinos o adversos, conocidos como efectos oxidativos, que aumentan la velocidad de envejecimiento celular.
Las reacciones de oxidación que se producen al interior de la célula como producto de la obtención de energía desde los alimentos, producen radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables, que para conseguir estabilidad, modifican moléculas de su alrededor (toman nuevos electrones) provocando que esas moléculas queden inestables y se formen nuevos radicales libres. Con ello se generan reacciones en cadena que ocasionan daños a numerosas células.
Los Radicales libres también son producidos por factores externos, cuando nuestro organismo recibe el impacto de diversos contaminantes o radiaciones. Y son utilizados por las células del sistema inmune para matar bacterias, virus y células defectuosas, pero si no hay un control como el que ejercen los antioxidantes, las células sanas pueden ser dañadas.
Estos daños impiden que las células puedan realizar las funciones vitales: transporte de nutrientes, eliminación de desechos, división celular, etc.; inactivan a enzimas; desestabilizan el ADN, impidiendo que la replicación celular se haga correctamente y contribuyen al envejecimiento celular.
Si los daños son constantes, se manifiestan en envejecimiento prematuro (mal funcionamiento de los órganos, incluída la piel) y la aparición de una gran cantidad de enfermedades, como las cardiovasculares o cáncer.
¿Cómo se frenan estos daños?
La protección frente al estrés oxidativo es el trabajo de los sistemas antioxidantes celulares, los que con gran eficiencia neutralizan y/o destruyen a los radicales libres.Las primeras investigaciones sobre el rol de los antioxidantes en biología, se centraron en su uso para la prevención de la oxidación de grasas insaturadas o aceites, ya que dada su estructura química tienden a oxidarse con facilidad.
Sin embargo, la identificación de las vitaminas A, C y E como antioxidantes fue lo que revolucionó el campo de la ciencia y condujo a dilucidar la importancia de los antioxidantes en la bioquímica de los organismos vivos.Los sistemas antioxidantes se dividen en dos grupos: los antioxidantes de origen endógeno, que son mecanismos producidos por el propio organismo para defenderse frente a los radicales libres y los de origen exógeno, mecanismos de defensa obtenidos del exterior.
Sistemas de Protección contra el Estrés Oxidativo.
A continuación, nos referiremos a los antioxidantes exógenos. Dentro de la gran variedad de antioxidantes exógenos, están los Tocoferoles, conocidos como Vitamina E. Ésta es una sustancia liposoluble que actúa principalmente en las membranas celulares. Existen alimentos que la contienen, como los vegetales de hoja verde, el aceite de oliva, los frutos secos, entre otros, pero las cantidades que se consumen a diario son insuficientes para cubrir el alto nivel de oxidación al que estamos expuestos.
Otro antioxidante es el Acido Ascórbico, conocido como vitamina C. Es una sustancia hidrosoluble que actúa en las superficies de las membranas celulares, tanto plasmáticas como de otros organelos celulares (núcleo, lisosomas, mitocondria, etc.) es esencial en la síntesis del colágeno, promueve la elasticidad de la piel, es indispensable para el sistema inmune y se puede encontrar en la mayoría de los cítricos y en algunas verduras como las espinacas.
Los Carotenoides, por otro lado, son los más diversos y corresponden a los pigmentos de la naturaleza. Actualmente hay más de 600 carotenoides diferentes. El primer carotenoide purificado y aislado en el año 1831 fue el Betacaroteno, presente en los vegetales de color amarillo o naranja y también en los vegetales de color verde como la espinaca y algunas frutas. Es un precursor de la vitamina A y funciona como un antioxidante liposoluble, aumentando la eficiencia del sistema inmunitario.
Uno de los principales carotenoides utilizados hace algunos años como antioxidante es la Astaxantina. Se encuentra en plantas y animales de todo el mundo, sobretodo en algas y fitoplancton. Esta es la base de la cadena alimenticia y por esta misma razón es que la podemos encontrar en numerosos animales como el salmón. La Astaxantina, a diferencia de otros carotenoides, es la única que puede atravesar la barrera hemato-encefálica para acceder de esta forma al cerebro, a los ojos y al sistema nervioso central. En el mercado este carotenoide es conocido como Bioxantin.
Otro tipo de antioxidantes son los Polifenoles, compuestos sintetizados por las plantas. Estos agrupan diferentes estructuras identificadas como flavonoides, flavonas, flavononas, catequinas, etc., siendo los Flavonoides los que dan cuenta de la mayor actividad Antioxidante y protector celular , especialmente la mucosa del tracto gastrointestinal. Están presentes en algunas frutas y verduras, pero en una mayor concentración en el té verde y el vino tinto.
El Selenio, es un mineral antioxidante, que participa como cofactor de los antioxidantes internos como la glutatión peroxidasa. Su efecto se potencia al utilizarlo en conjunto con la vitamina E, ya que optimiza su completa absorción. Este mineral se obtiene de los pescados, algunos cereales, huevos, el hígado de algunos animales y frutos secos. La nuez de Brasil es el alimento con mayor contenido de Selenio. El Selenio es un mineral esencial, sin embargo, puede ser toxico en exceso. La dosis máxima permitida es de 400 mg/día.
Una de las nuevas estrellas es la Conzima Q10, sustancia similar a una vitamina, que es parte de la cadena transportadora de electrones de la mitocondria: organelo donde se produce toda la energía. Dada su función, lor órganos donde se encuentra más concentrada es en el corazón, hígado, páncreas y riñones. El uso de cigarrillo y el paso del tiempo van agotando la Coenzima Q10 almacenada en las células, por lo que es necesario adquirirla en forma de suplemento para aumentar su actividad. La Coenzima Q10 es especialmente útil para prevenir la oxidación los lípidos circulantes (LDL) y la piel. Podemos encontrar esta coenzima en los pescados azules y en algunas vísceras de animales.
Por último el Ácido Alfalipoico, derivado del acido octanoico, es una coenzima que por mucho tiempo fue considerada una vitamina. Funciona como potente antioxidante neutralizando los radicales libres, pero además ayuda a las vitaminas del complejo B a producir energía a partir de proteínas, grasas y carbohidratos. Una característica es que según últimos estudios, este antioxidante mejora las funciones del hígado enfermo, como los casos de cirrosis. Además permite reducir la glicación, daño causado por el azúcar a las células, por esto es que se utiliza en pacientes Diabéticos. Y puede actuar como quelador de metales pesados, como el mercurio, arsénico y plomo.
Se puede encontrar en hígado de animales, espinacas y las coles.
Si tenemos antioxidantes naturales en el cuerpo, ¿por qué envejecemos o tenemos enfermedades crónicas?
La producción de antioxidantes naturales y los que se obtienen con la alimentación, no son suficientes para muchas personas. Algunas condiciones como la contaminación ambiental, exposición al tabaco, comida rica en alimentos procesados, excesivo entrenamiento físico, la exposición al sol, entre otras razones, provocan que la producción de radicales libres en el organismo aumente considerablemente, impidiendo que nuestro organismo pueda combatirlos. Los antioxidantes endógenos con los que cuenta el organismo no dan abasto con la cantidad de radicales libres que se van formando.
Aunque no nos demos cuenta, en cada segundo que pasa, estamos en una batalla interna en nuestro organismo. Es la batalla entre los antioxidantes y los radicales libres.
Como en cualquier tema relacionado con la Nutrición y el uso de suplementos, siempre es difícil llegar a un consenso sobre qué tipo y la cantidad, en este caso, de antioxidantes a ocupar. Pero está sumamente estudiado que una cantidad significativa de la población podría evitar el envejecimiento prematuro y más de 60 enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, si en sus hábitos alimentarios incorporasen antioxidantes. Sin embargo, existe un grupo de personas en los cuales hay que poner especial énfasis en la utilización de Antioxidantes: adultos mayores, diabéticos, deportistas y estudiantes.
En Nutrición Inteligente, no sólo nos preocupamos de entregarle al paciente un plan de alimentación personalizado de acuerdo a sus necesidades. Sino que también contamos con las herramientas necesarias para saber qué antioxidante requiere cada persona en las dosis correctas. De esta manera, nos aseguramos de conseguir el equilibrio del cuerpo, previniendo el envejecimiento celular, reduciendo significativamente los signos actuales de envejecimiento y controlando enfermedades derivadas de éste proceso desequilibrado.
Bibliografía
– www.cancer.gov/cancertopics/factsheet/prevention/antioxidants
-www.webmd.com/…/antioxidants-your-immune-system-super-foods
– http://www.healthcastle.com/antioxidant.html
– http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22737670
– www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/what-should-you-eat/antioxidants/
– www.sunshineandina.cl
– V. Fuchs-Tarlovsky, M. Bejarano-Rosales G., Gutiérrez-Salmeán, , M.ª A. Casillas., J. C. López-Alvarenga y G. M. Ceballos-Reyes
“Efecto de la suplementación con antioxidantes sobre el estrés oxidativo
y la calidad de vida durante el tratamiento oncológico en pacientes
con cáncer cérvico uterino”
– “Astaxantina” Bob Capelli y el Dr. Gerald Cysewski